miércoles, 28 de febrero de 2024

Producción literaria de los escritores de la narrativa del siglo XIX

 

 Juan Montalvo 


  • Nació el 13 de abril de 1832 en Ambato, falleció el 17 de enero de 1889 París, Francia.

Liceo

Formar la niñez ambateña,
tu misión Liceo será,
hogar donde me enseñas
el valor de la verdad.

Llevo tu saber en mis manos
 y de Montalvo, !libertad!
de mis compañeros la amistad,
de los maestros el ideal.

Quiero tu canto llevar
con orgullo al Ecuador,
ser tu fruto y elevar
tu bandera con amor.

Miguel Riofrio 



  • Nació el el 7 de septiembre de 1819 en Loja y falleció el 11 de octubre de 1881 en Lima, Perú.

A mi esposa

(En su cumpleaños)

Al breve viaje que llamamos vida,
buscarle paz y bendición quisimos,
la fe nos alumbró, la senda vimos,
y en venturosa audacia
para juntos seguirla nos unimos.

Y a los dos, así juntos caminando,
bajo el astro propicio que nos guía,
nada cansa ni amarga, nada hastía
de cuanto en fiel presagio
el bendecido amor nos prometía.

Ni opacas son, ni estériles las horas
que señalando van nuestro camino.
¿Qué mayor dicha ni mejor destino
que paz, amor, bonanza
para el que anda en el mundo peregrino?

La paz del corazón, cual suave lluvia,
da al amor conyugal vida y consuelo,
y así fecunda el que bendice el cielo:
almo, viril trabajo,
cuyo ambiente hace fértil todo suelo.

Sin anhelar profanos esplendores
que dan al vicio fúlgida apariencia,
tenemos el fulgor, la sacra herencia
que ufana nos ofrece
desde su trono augusto la conciencia.

De un año sólo en el estrecho espacio,
fuiste virgen y amante y casta esposa,
y después de arduo trance, aún más hermosa,
el título de madre
te decora con láurea majestuosa.

La que está en tu regazo es tu alta esencia
por divino favor reproducida,
de tu amor y mi amor hija querida
que absortos contemplamos
cual la antorcha que alumbra nuestra vida.

En ella está tu vivo simulacro
desde que al valle del dolor viniste;
como ella, tras el llanto sonreíste;
en ella yo te miro
desde la hora feliz en que naciste.

Así, al rayar de la risueña aurora
que recuerda tu luz de primer día,
unamos mi contento a tu alegría,
mirando nuestra infancia
que tu hija reproduce, esposa mía.

Producción literaria de la generación decapitada

 

Autores 

Medardo Ángel Silva 


  • Nació el 30 de junio de 1898 en Ambato, Ecuador, Falle el 10 de junio de 1919 en Quito, Ecuador.
 El alma en los labios

Cuando de nuestro amor la llama apasionada

dentro tu pecho amante contemple ya extinguida,
ya que solo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.

Porque mi pensamiento, lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.

Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento
para poder estar más cerca de tu boca.

Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.

Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!

    Arturo Borja




  • Nació el 15 de septiembre de 1892 en Quito. Muere el 13 de noviembre de 1912 en la misma ciudad.
En el blanco cementerio

En el blanco cementerio
fue la cita. Tú viniste
toda dulzura y misterio,
delicadamente triste…

Tu voz fina y temblorosa
se deshojó en el ambiente
como si fuera una rosa
que se muere lentamente…

Íbamos por la avenida
llena de cruces y flores
como sombras de ultravida
que renuevan sus amores.

Tus labios revoloteaban
como una mariposa,
y sus llamas inquietaban
mi delectación morosa.

Yo estaba loco, tú loca,
y sangraron de pasión
mi corazón y tu boca
roja, como un corazón.

La tarde iba ya cayendo;
tuviste miedo y llorando
yo te dije:– Estoy muriendo
porque tú me estás matando.

En el blanco cementerio
fue la cita. Tú te fuiste
dejándome en el misterio
como nadie, solo y triste.

Ernesto Noboa y Caamaño


  • Nació en Guayaquil en 1891 y se suicidó en 1927.

NOCTURNO


El jardín está inmóvil bajo el beso de plata
de la luna que riela sobre las mustias flores
que escuchan vagos ecos de una tenue sonata
que solloza el recuerdo de unos tristes amores.

No se rizan las aguas de la verde laguna,
no se mueven las hojas del mezquino frondaje;
mis ojos están ciegos de claridad de luna
y mi alma es un pedazo de alma del paisaje.

Las áureas notas ciegas de la sonata triste
producen en mi alma esa divagación
que precede al olvido de todo cuanto existe
para escuchar la eterna verdad del corazón.

Y el corazón me dice: “Escucha la elegía
de mi otoño que llora la ausente primavera;
murieron los rosales que en mi jardín había,
y sobre mis escombros solloza una quimera”.

Y siento la nostalgia de lo que fue. El recuerdo
de pretéritas dichas lejanas y brumosas
y las angustias de hoy en que solo me pierdo
por esto la senda que hollan cadáveres de rosas.

Una cabeza rubia cerca de mí; una mano
delicada y nerviosa temblando entre las mías;
un ramo abandonado sobre el negro piano
guardador de inefables secretas armonías.

El tenue claro-oscuro del salón... Las ternezas
de la postrera noche de risas y cantares;
después... adioses, besos, suspiros y promesas,
un barco amarillento perdiéndose en los mares...

Hoy mancho con la sombra de mi melancolía
este blanco sendero que perfumó tu huella:
¡cuán lejos de tu vida va pasando la mía
con la desesperanza de no encontrarte en ella!

Por estas mismas sendas nuestras sombras macabras
tal vez mañana crucen noctívagas y errantes;
y entonces sólo el viento oirá nuestras palabras,
como en aquel Coloquio de las Fiestas Galantes.

El jardín viejo y mustio bajo el beso de plata
de la luna que riela como manto de olvido,
escuchando las notas de esta triste sonata,
por soñar con tu sombra, se ha quedado dormido...



Humberto Fierro


  • Nació el 17 de junio de 1890 en Quito y murió el 23 de agosto de 1929.

RONDO GALANTE


Tus pupilas me recuerdan esas mañanas tranquilas
Que hacen pensar en el valle primaveral del Edén.

Tus ojeras me recuerdan el perfume de las lilas y los
valses de Chopin...

Siempre tendrás el encanto de una heroína de Poe en el
platino de una velada sentimental.

Cuando tus manos divinas loe el laúd y el oboe
Como en el tiempo feudal.

Por la esmeralda apacible de un retiro que te nombra
Paseas como Malvina por el poema de Ossián,

Los almendros florecidos te dan la mullida alfombra
De las hurís del Korán.

Los lirios del monte riman con tu frente sin perfidias
Cuando sales a caballo como la hija de Thor,

Y son tus labios sinuosos como trazados por Lidias
Una romántica flor.




Producción literaria de los poetas de la independencia

                                     José Joaquín de Olmedo 


  • Nació en el año 1780 en Guayaquil y falleció en el año 1847 en la misma cuidad.

A UNA AMIGA


Arroyo cristalino,
que con susurro blando
vas del monte a la selva
y de la selva al prado;

travieso cefirillo,
que con tu aliento grato
mueves hojas y flores
que son gala del campo;

parleras avecillas,
que en trinos regalados,
cuando el sol nace o muere,
llenáis el aire vago;

y cuando vive y crece
en este suelo bajo,
y cuanto se remonta
hasta el cielo estrellado;

todo cuanto florece
en los valles y prados,
y aun las bestias feroces
que son del monte espanto;

todos conmigo unidos
en coros acordados,
celebremos el día
de la que hace mi encanto.



Dolores Veintimilla de Galindo


  • Nació el 12 de Julio de 1829 en Quito , Ecuador. Murió el 23 de mayo de 1857 Cuenca ( a los 28 años de edad).

ASPIRACIÓN

Yo no quiero ventura ni gloria,
Sólo quiero mi llanto verter:
Que en mi mente la cruda memoria
Sólo tengo de cruel padecer.

Cual espectro doliente y lloroso
Sola quiero en el mundo vagar,
Y en mi pecho, cual nunca ardoroso,
Sólo quiero tu imagen llevar.

Yo no quiero del sol luminoso
Sus espléndidos rayos mirar,
Mas yo quiero un lugar tenebroso
Do contigo pudiera habitar.

Si del mundo un imperio se hiciera,
Que encerrara tesoros sin cuento;
Si este imperio a mis pies se pusiera,
Lo cambiara por verte un momento.

Si ángel fuera a quien templos y altares
En mi culto se alzaran tal vez,
Con tormentos cambiara eternales
Por estar un instante a tus pies.


Numa Pompillo Llona



  • Nació el 5 de marzo de 1832, en Guayaquil, Ecuador y falleció el 4 de abril de 1907, en la misma ciudad.

Desde mi estancia

Al eminente crítico y poeta argentino don Calixto Oyuela

Mi ventana, que se abre a la campiña
do se extiende fantástico paisaje,
cubre del huerto trepadora viña
con la tupida red de su ramaje;

entre su fronda, hasta la oscura estancia
filtra su blanca luz la luna llena
que, alumbrando los campos a distancia,
surge en el cielo fúlgida y serena;

dando tregua a misérrimas congojas,
contemplo yo, de la penumbra opaca,
el arabesco de las negras hojas
que en argentado fondo se destaca;

de la cumbre de próxima montaña
desciende el aura y el follaje agita;
¡y siento entonces emoción extraña,
ansiedad soñadora e infinita!...

¡Afuera, allá, las mágicas florestas,
dormidos valles, encantados montes!...
¡Y esos hierros, y ramas interpuestas
ante aquellos grandiosos horizontes!...

De la terrena cárcel tras la reja,
mira así el alma con dolor profundo
el infinito que su luz refleja
en los oscuros ámbitos del mundo;

¡y así contempla en la penumbra hundida,
el lejano ideal de su ventura,
por entre las malezas de la vida,
donde, a veces, de lo alto descendida,
la divina pasión sólo murmura!...

Julio Zaldumbide


  • Nació el 5 de junio de 1833, en Quito, Ecuador ,Murió el 31 de julio de 1887, en Ibarra, Ecuador 

A mis lágrimas

Corred, lágrimas tristes,
que es dulce al alma mía
sentiros a raudales
del corazón manar;
corred, que los suspiros
que exhalo en todo el día
las ansias de mi pecho
no bastan a calmar.

Triste, férvido llanto,
tus gotas de amargura
mitigan celestiales
la sed del corazón;
y sólo tú suavizas
mi horrenda desventura,
y sólo tú consuelas
mi lúgubre aflicción.

Que cuando de la cima
de dulce venturanza
desciende el alma al golpe
del dardo del pesar,
si entonces con la dicha
perdemos la esperanza,
nos queda sólo el triste
consuelo de llorar.

Y así la flor marchita
revive del consuelo
con lágrimas regadas
por lóbrego dolor,
como al nocturno llanto
de tenebroso cielo
cobran las flores secas
su aroma y su color.

Corred, lágrimas mías,
consuelo a mis dolores;
en férvidos raudales
del corazón manad;
y así, de mis ensueños
revivan ¡ay! las flores
que ha marchitado el rayo
del sol de la verdad.


Bienvenida

Enero 09,2024 

Bienvenidos a mi Blogger, soy Emily Alban 



En este blog les voy a ir subiendo información sobre lengua y literatura de 3 BGU  de parte de la unidad educativa Municipal "Eugenio Espejo" en donde les voy a compartir mis conocimientos, datos importantes, información de cultura general que recolectaré en este año lectivo 2023-2024.

Producción literaria de los escritores de la narrativa del siglo XIX

   Juan Montalvo  Nació el 13 de abril de 1832 en Ambato, falleció el 17 de enero de 1889 París, Francia. Liceo Formar la niñez ambateña, tu...